Segunda parte del articulo de EricToussaint sobre la deuda griega, para una lectura continuada hemos eliminado unos gráficos y los parrafos que hacian mención a ellos, los interesados pueden acceder al articulo completo en su versión PDF en el siguiente enlace: http://www.oid-ido.org/IMG/pdf/Grecia-Alemania__2_.pdf . Cuando nos llegue la tercera parte del articulo la publicaremos. Un saludo, la redacción
Los acreedores protegidos y el pueblo griego sacrificado
Es
una obligación moral sublevarse contra los discursos mentirosos
sobre la supuesta solidaridad que los gobernantes de los países mas
fuertes de Europa tendrían con el pueblo griego y otros países
debilitados como Irlanda, Portugal, España... Los hechos contradicen
sus declaraciones, reemitidas permanentemente por los medios de
comunicación dominantes.
Comencemos
por una pequeña verificación práctica. Conectaos a Internet y
escribid «Grecia se beneficia» en un buscador. Constataréis la
cantidad de medios que retoman la cantinela según la cual Grecia ya
ha recibido una ayuda considerable. Por ejemplo, Hans-Werner Sinn ,
uno de los economistas más influyentes en Alemania, consejero del
gobierno de Angela Merkel no duda en afirmar: «Grecia se benefició
de una ayuda externa de 460.000 millones de euros a través de
diversas disposiciones. Hasta este momento, la ayuda aportada a
Grecia representa el equivalente al 214 % de su PIB, o sea cerca de
diez veces más de lo recibió Alemania gracias al Plan Marshall.
Berlín aportó cerca de una cuarta parte de la ayuda suministrada a
Grecia, o sea, 115.000 millones de euros, que representa al menos
diez planes Marshall o dos veces y medio el Acuerdo de Londres.»
Ese
cálculo es totalmente falso. Grecia nunca recibió esa cantidad de
financiación y lo que recibió no puede seriamente considerarse como
ayuda. Hans-Werner Sinn iguala, de manera escandalosa, la Alemania
salida de la segunda guerra mundial, que los dirigentes nazis habían
provocado, con la Grecia de los años 2000. Además, no menciona las
sumas reclamadas justamente por Grecia a Alemania en calidad de
reparación de los daños sufridos por la ocupación nazi así como
el préstamo forzado que la Alemania nazi impuso a Grecia. La deuda
de Alemania con Grecia se eleva, por lo bajo, a 100.000 millones de
euros. Como se ha publicado en la página web A l’encontre, sobre
la base de los trabajos de Karl Heinz Roth, historiador del saqueo de
la Europa ocupada por la Alemania nazi: «Alemania solamente ha
pagado a Grecia la sesentava parte (es decir el 1,67 %) de lo que le
debe como reparación por la devastación debida a la ocupación
entre 1941 y 1944.» Una serie de sólidos argumentos deberían
hacerse públicos para demostrar la falta de honestidad intelectual
de las declaraciones de Hans-Werner Sinn, de los gobernantes alemanes
y de los medios a su servicio. Lo que continúa no sólo es válido
para Grecia, ya que se podría efectuar un estudio similar a
propósito de la supuesta ayuda aportada a los países del ex bloque
soviético que ahora forman parte de la Unión Europea, de Portugal,
de Irlanda, de España... Pero como se verá en la tercera parte de
esta serie de artículos, las relaciones entre Alemania y Grecia
tienen una historia que merece ser tenida en cuenta.
I.
Los planes de «ayuda» sirven a los intereses de los bancos
privados, y no a los del pueblo griego
Los
planes de «ayuda», puestos en marcha desde mayo de 2010, sirvieron
para proteger los intereses de los bancos privados de los países más
fuertes de la eurozona, que habían aumentado enormemente sus
préstamos tanto al sector privado como a los poderes públicos
griegos durante los años 2000. Los préstamos concedidos a Grecia
por la Troica desde 2010 fueron a parar al reembolso de los bancos
privados occidentales y así permitirles liberarse, limitando al
mínimo sus pérdidas. También se utilizaron en la recapitalización
de los bancos privados griegos, algunos de los cuales son filiales de
bancos extranjeros, en particular franceses.
La
deuda del sector privado se incrementó aceleradamente durante los
años 2000. Las familias, a las que los bancos y todo el sector
comercial privado (gran distribución, automóviles, construcción...)
proponían condiciones tentadoras de compra, recurrieron al
endeudamiento masivo, así como las empresas no financieras y los
bancos que podían obtener préstamos a bajo coste (tipos de interés
bajos y una inflación fuerte en comparación con los países más
industrializados de la Unión Europea como Alemania, Francia, el
Benelux, y Gran Bretaña). Este endeudamiento privado fue el motor de
la economía del país.
Con
la enorme liquidez puesta a disposición de los bancos del oeste
europeo (sobre todo los bancos alemanes y franceses pero también
italianas, belgas, neerlandeses, británicos, luxemburgueses,
irlandeses...) por los bancos centrales durante 2007-2008, se produjo
un aluvión de préstamos a Grecia, tanto al sector privado como a
los poderes públicos.
También
hay que tener en cuenta el hecho de que la adhesión de Grecia al
euro le valió la confianza de los banqueros de Europa occidental,
que pensaban que los grandes países europeos los ayudarían en caso
de problemas. Por lo tanto, no se preocuparon de la capacidad de
Grecia para reembolsar el capital prestado a medio plazo y
consideraron que podían afrontar riesgos muy elevados en ese país.
La historia les ha dado la razón hasta ahora, la Comisión Europea
y, en particular, el gobierno francés y el alemán aportaron un
apoyo continuado a los banqueros privados de Europa occidental.
Los
bancos de los países del oeste europeo aumentaron sus préstamos a
Grecia por primera vez entre diciembre de 2005 y marzo de 2007
(durante ese período, el volumen de los préstamos se incrementó un 50 %,
pasando de un poco menos de 80.000 millones a 120.000 millones de
dólares). Mientras que la crisis de las subprime estallaba en
Estados Unidos, los préstamos aumentaron de nuevo fuertemente (+33
%) entre junio de 2007 y el verano de 2008 (pasando de 120.000
millones a 160.000 millones de dólares), para después mantenerse en
un nivel muy elevado (cerca de 120.000 millones de dólares). Esto
significa que los bancos privados de Europa occidental utilizaron el
dinero que les prestaba abundantemente y a bajo coste el Banco
Central Europeo y la Reserva federal de Estados Unidos para aumentar
sus préstamos a países como Grecia. Siendo en esos países los
tipos de interés más altos, la banca privada pudo obtener jugosos
beneficios. Por consiguiente los bancos privados tienen una gran
responsabilidad en el excesivo endeudamiento de Grecia, una
aplastante mayoría de las deudas griegas están en manos de bancos
europeos, comenzando por bancos franceses, alemanes, italianos,
belgas, holandeses, luxemburgueses y británicos.
Los
préstamos concedidos por los gobiernos de la eurozona (directamente
o vía el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera establecido a
partir de 2010), tienen por objetivo, en realidad, garantizar, en
especial, que Grecia continúe reembolsando a los bancos de los
países de Europa Occidental (siendo los bancos alemanes y franceses
los más expuestos en Grecia). En resumen, el dinero prestado a
Grecia retorna a las cajas de los bancos alemanes, franceses y de
otros países en calidad de reembolso de los títulos griegos que
estos bancos compraron masivamente hasta fines de 2009. También va a
parar a la tesorería de los países prestamistas y a la del BCE, el
FMI y el FEEF.
2.
Los préstamos concedidos a Grecia llevan de nuevo el dinero...
¡fuera de Grecia!
Los
préstamos concedidos a Grecia bajo el paraguas de la Troica están
bien remunerados. Los diferentes países que participan en estos
préstamos ganan dinero. Cuando el primer plan de préstamo de
110.000 millones de euro fue adoptado, Christine Lagarde, en ese
momento ministra de finanzas de Francia, observó públicamente que
Francia prestaba a Grecia con un interés del 5 % mientras que esto
se hacía con un dinero conseguido a un tipo netamente inferior.
La
situación es tan escandalosa (un tipo elevado también fue aplicado
a Irlanda a partir de noviembre de 2010 y a Portugal a partir de mayo
de 2011) que los gobiernos prestamistas y la Comisión Europea
decidieron en julio de 2011 que el tipo exigido a Grecia sería
reducido. ¡Qué confesión! Si bien esta decisión fue puesta en
práctica, la diferencia entre el tipo del préstamo a los que estos
países se financian y el exigido a Grecia siguió siendo importante.
Bajo
las protestas del gobierno griego y frente a un profundo descontento
popular que se expresa mediante fuertes movilizaciones en Grecia, los
países prestamistas decidieron finalmente devolver a Grecia una
parte de los ingresos que obtienen de los créditos otorgados a
Atenas. Pero atención, los ingresos devueltos servirán a reembolsar
la deuda.
3.
La crisis de la eurozona rebaja el coste de la deuda para Alemania y
otros países fuertes
Pero
la historia no se detiene allí. Los países que dominan la eurozona
sacan provecho de la desgracia de los países de la periferia
(Grecia, Portugal, Irlanda, España, países del ex-bloque del Este,
miembros de la UE). La profundización de la crisis de la eurozona
debida a la política llevada a cabo por sus dirigentes y no a causa
de fenómenos exteriores, conlleva un desplazamiento de los capitales
de la Periferia hacia el Centro. Alemania, Francia, Países Bajos,
Finlandia, Luxemburgo, Austria y Bélgica salen beneficiados gracias
a una reducción muy alta del coste de financiación de sus deudas.
El
1 de enero de 2010, antes de que estallase la crisis griega y la de
la eurozona, Alemania debía ofrecer un tipo de interés del 3,4 %
para la emisión de bonos a 10 años mientras que el 23 de mayo de
2012, el tipo había pasado al 1,4 %. Y esto corresponde a un
descenso del 60 % en el coste de financiación. Según el diario
financiero francés Les Échos «un cálculo aproximado muestra que
los ahorros generados por el descenso de los tipos del coste de
financiación desde hace 3 años se elevan a 63.000 millones de
euros». Suma que podemos comparar con los 15.000 millones (sobre
110.000 millones repartidos entre los diferentes acreedores)
efectivamente prestados (con interés, véase más arriba) por
Alemania entre mayo de 2010 y diciembre de 2011 a Grecia en el marco
de su contribución al primer plan de «ayuda» de la Troica. El
total de los compromisos de Alemania hacia Grecia, si se agrega lo
correspondiente a las decisiones europeas tomadas entre 2010 y 2012,
se eleva a 67.000 millones de euros. Sin embargo, la mayor parte de
esta suma todavía no ha sido desembolsada mientras que el ahorro
realizado según el cálculo de Les Echos ya es de 63.000 millones de
euros.
Hemos
comentado los tipos de interés a 10 años y a 6 años pagados por
Alemania en sus emisiones de bonos. Si consideramos el tipo a 2 años
vemos que el 23 de mayo de 2012, Alemania emitió títulos a interés
nulo. A comienzos de 2012, Alemania emitió bonos a 6 meses por 3.900
millones de euros a un tipo negativo. Respecto a esto, Le Soir
publicaba el 23 de mayo de 2012: «los inversores recibirán al
término de estos 6 meses un poquito menos (0,0112 %) de lo que han
prestado».
Si
hubiera algo de verdad en la multitud de mentiras dichas con respecto
a Grecia (o a Portugal, o a España...), se tendría que poder leer
que Grecia permite a Alemania y a los otros países fuertes de la
eurozona a ahorrar unas considerables sumas.
Debemos
completar la lista de ventajas aprovechadas por Alemania y otros
países del Centro, con los elementos descritos en los puntos
siguientes.
4.
Programa de privatizaciones del que se benefician las empresas
privadas de los países del Centro.
Las
políticas de austeridad impuestas a Grecia contienen un amplio
programa de privatizaciones de las que los grandes grupos económicos,
principalmente alemanes y franceses podrán sacar beneficios ya que
los bienes públicos son vendidos a precios de liquidación.
A
l’encontre cita y comenta una larga entrevista realizada el 7 de
abril de 2012 por el diario suizo Le Temps a Costas Mitropoulos, uno
de los personajes encargados del programa de privatizaciones en
Grecia: «Las oficinas del Fondo helénico de desarrollo de los
activos (Hellenic Republic Asset Development Funds) lindan, en
Atenas, con el museo dedicado a la historia de la capital griega. Un
símbolo, puesto que el proceso de privatizaciones llevado a cabo por
una veintena de expertos, bajo la dirección de u antiguo banquero
Costas Mitropoulos, cambiará el rostro de Grecia» Y agrega: «Es a
este fondo, constituido a demanda de la Unión Europea (UE), que el
Estado griego va transfiriendo las propiedades, las concesiones y las
participaciones que deben encontrar un comprador. Según los planes
iniciales de la UE, con el objetivo de sacar al menos 50.000 millones
de euros de ingresos de aquí a fines de 2017.» Costas Mitropoulos,
banquero, fue muy activo en Ginebra y señala que: «la transferencia
de las propiedades a nuestro fondo por el Estado griego, se ha
acelerado». Y continúa: «Nuestro primer mensaje a transmitir es:
nosotros no somos el Estado griego. Somos un fondo independiente
encargado de las privatizaciones, desde ahora propietario del 3 % del
territorio griego. Tenemos un mandato de tres años. Estamos
protegidos contra las interferencias políticas.»
El
periodista de Le Temps insiste: « ¿Realmente lo está usted? Las
privatizaciones, en todo el mundo, son siempre muy “políticas” y
el Estado griego, que continuará presente en el capital de numerosas
sociedades tiene muy mala reputación...»
La
respuesta no presenta ningún equívoco: «Como banquero de negocios,
conduje el proceso de una de las más importantes
fusiones-adquisiciones realizadas en Grecia: la compra, por el grupo
internacional Watson, del grupo farmacéutico heleno Specifa por
cerca de 400 millones de euros. Conozco las reglas: un inversor, para
que hoy esté interesado en una privatización griega, debe poder
esperar que su inversión se triplique o cuadriplique. Por cada euro
invertido, debe obtener tres o cuatro.»
5.
Los sacrificios impuestos a los trabajadores permiten contener el
aumento de reivindicaciones en los países del Centro
Los
retrocesos sociales infligidos a los trabajadores griegos (y también
a los portugueses, irlandeses, españoles...) ponen a la defensiva a
los trabajadores de Alemania, de los Países bajos, de Austria, de
Francia, de Bélgica... Sus direcciones sindicales temen entrar en
conflictos. Se preguntan cómo reivindicar aumentos salariales si en
países como Grecia, miembro de la eurozona, se disminuye el salario
mínimo legal en un 20 % o más. De parte de las direcciones
sindicales de los países nórdicos (Finlandia en especial),
constatamos, incluso con consternación, que piensan que hay aspectos
buenos en el Tratado de Estabilidad, Coordinación y Gobernanza (o
pacto presupuestario europeo) y en las políticas de austeridad ya
que se supone que refuerzan una sana gestión del presupuesto de los
Estados.
Hablemos
nuevamente del acuerdo de Londres de 1953 sobre la deuda alemana y el
Plan Marshall
Como
fue indicado en el artículo «Grecia-Alemania: ¿Quién debe a
quién? (1). La anulación de la deuda alemana en Londres en 1953»,
los términos del acuerdo firmado en Londres zanjan radicalmente con
el modo en que actualmente se trata a Grecia. Se habían reunido
múltiples condiciones para permitir que Alemania del Oeste se
desarrollara rápidamente, autorizando la reconstrucción de su
aparato industrial. No sólo la deuda contraída por Alemania,
contraída fuera de las dos guerras mundiales, fue reducida en más
de un 60 %, sino que el pago de deudas de guerra y el pago de
reparaciones a las víctimas civiles y a los Estados fueron
retrasadas a una fecha indeterminada: de hecho, a la reunificación
alemana que se realizó en 1990 y al tratado de paz que fue firmado
en Moscú ese mismo año entre las autoridades de las dos Alemanias
en curso de unificación, Estados Unidos, la URSS, el Reino Unido y
Francia. Por lo tanto, el peso de las reparaciones sobre la economía
alemana estuvo durante largo tiempo diferido. Y en el caso de las
reparaciones debidas a Grecia, nunca merecieron el más mínimo
esfuerzo por parte de Alemania ya que las autoridades germanas
rechazan dar curso a las demandas griegas.
A
diferencia de lo que había pasado al final de la primera guerra
mundial, las potencias occidentales quisieron evitar que, después de
la segunda guerra mundial, Alemania sufriera el peso de reembolsos
insostenibles, como pasó en la primera posguerra, puesto que
consideraron que eso favoreció el ascenso del régimen nazi al
poder. Los potencias occidentales también deseaban una Alemania
occidental económicamente fuerte (pero desarmada y ocupada
militarmente) frente a la Unión Soviética y sus aliados. Nada de
esto se contempló con Grecia y con los otros países de la periferia
en el seno de la Unión Europea.
Para
alcanzar este objetivo, no sólo se aligeró la carga de la deuda
debida por Alemania y se le concedieron ayudas económicas en forma
de donaciones, sino y sobre todo se le permitió aplicar una política
económica completamente favorable a su relanzamiento. Los grandes
grupos alemanes industriales privados pudieron consolidarse, a pesar
de que algunos eran los mismos que habían tenido un papel clave en
la aventura militar de la primera guerra mundial, en el sostén a los
nazis, en el genocidio de los pueblos judíos, gitanos, etc., en el
saqueo de los países ocupados o anexados, en la producción militar
y en el gigantesco esfuerzo logístico de la segunda guerra mundial.
Alemania pudo desarrollar impresionantes infraestructuras públicas,
sostener sus industrias con el fin de satisfacer la demanda local y
de conquistar los mercados exteriores. Incluso fue autorizada a
reembolsar una gran parte de su deuda en su moneda nacional. Para
concretar, reflexionemos sobre la situación que siguió al acuerdo
de Londres de 1953. Pongamos por ejemplo que Alemania reembolsa a
Bélgica y a Francia su deuda de entreguerras en marcos alemanes.
Estos marcos no presentaban ningún interés en los intercambios con
el resto del mundo, por lo tanto los belgas y los franceses trataron
de sacárselos de encima comprando mercaderías y equipamientos
suministrados por la economía alemana. Y de esta forma contribuyeron
a rehacer Alemania como una gran potencia exportadora.
Por
su parte, Grecia, Portugal, Irlanda, España, Estonia, Eslovenia y
los otros países periféricos de la eurozona deben reembolsar sus
deudas públicas en euros a pesar de que no tienen, dado el déficit
comercial frente a los países más fuertes de la eurozona. Al mismo
tiempo, las potencias que dominan la eurozona los obligan, vía la
Comisión Europea y los tratados adoptados, a desarrollar políticas
que les impiden tanto a satisfacer la demanda interna como a
exportar. Si a pesar de todo, quisieran tener éxito en la
exportación, se ven empujados a rebajar todavía más los salarios,
lo que comprime un poco más la demanda interna y se acentúa la
recesión. El programa de privatización da el golpe de gracia a su
aparato industrial, a sus infraestructuras y a su patrimonio en
general.
Para
salir de este impasse, es necesario poner en marcha un conjunto de
medidas económicas y sociales en ruptura radical con las políticas
llevadas a cabo hasta ahora, tanto en el marco nacional como en el
ámbito europeo. Por lo tanto, hay que realizar un programa de
urgencia frente a la crisis.
Próximamente:
Grecia-Alemania: ¿Quien debe a quién? (3), que tratará sobre el
rechazo de los dirigentes alemanes a pagar las reparaciones debidas
al pueblo griego por la ocupación nazi.
Traducido
por Griselda Piñero
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