martes, 26 de junio de 2012

¿QUIEN DEBE PAGAR LAS DEUDAS?


(Articulo de opinión publicado de el diario Información de Alicante el 19-06-2012 y escrito por Clemente Hernández. Exprofesor de Economía, coordinador de Attac-Alacant y miembro de la Plataforma por la Auditoria Ciudadana de la Deuda-PV, grup d´Alacant)

¿Quien debe de pagar las deudas?
Clemente Hernandez

Con la mafia, las deudas son deudas de sangre, y se mata a los hijos por lo que deben sus padres. Deberíamos de esperar otro comportamiento en las sociedades civilizadas, pero se nos pide que nos cortemos nosotros mismos la mano por las deudas contraídas por nuestros gobiernos.

Al responder prioritariamente por la deuda pública, como ya hemos reconocido en nuestra Constitución, el inversor no pierde ni un euro de su préstamo al vencimiento y cobra los intereses año a año, aunque arda Roma ¿Dónde queda el riesgo si el único que lo soporta es el deudor? A mi juicio, se debe exigir una quita a los inversores que han cobrado la prima de riesgo y son corresponsables de nuestra insolvencia actual. Buena parte de la deuda tiene su origen en una fiscalidad que beneficia a las rentas del capital, en el fraude fiscal de esas mismas rentas y en las obligaciones impuestas por los mismos acreedores, siendo pues una deuda ilegítima que no deberíamos pagar.

El 90% del aumento de la deuda pública desde 2007 se debe a la caída de los ingresos provocada por los programas de austeridad. Hay, pues, una responsabilidad de los acreedores que nos obligan a entrar en recesión para poder cobrar, con la paradoja de que aumenta el peso de la deuda, y es justo exigir que carguen con el coste social que ellos mismos están provocando con la firma de los gobiernos. El Pacto por la Estabilidad ha beneficiado a los países de la UE que son exportadores y prestamistas netos, nunca tuvo que firmarlo España. Y aunque todo apunta a una nueva agenda europea que puede rectificar aquel desastre, mientras reinventamos Europa, es urgente condonar y renegociar la deuda actual, nos los deben los acreedores de Alemania y sus satélites.

¿Y qué ocurre con los inversores que han recibido bonificaciones y exenciones fiscales en los años del “boom”? Es de justicia un impuesto al patrimonio y las rentas del capital que compense las prebendas recibidas. ¿Por qué las rentas del capital siguen con un tipo marginal del 21% y las rentas del trabajo del 52%? ¿por qué el tipo efectivo del impuesto de sociedades que pagan los bancos es menor que el que pagan las pymes?, ¿por qué se reparten dividendos y sueldos millonarios en bancos y empresas que reciben ayudas?, ¿por qué es legal la ingeniería financiera especulativa y fraudulenta?

¿Y qué ocurre con la deuda pública emitida para sanear las cuentas del sector financiero, garantizando así la devolución de los bonos y cédulas que los bancos han suscrito con financieros privados? La avaricia de los banqueros españoles castiga a las familias hipotecadas y a los pequeños inversores que acudieron con engaño a la compra de bonos o acciones preferentes, pero mantienen una solidaridad inquebrantable con sus socios europeos a los que prometen pagar con el aval y la deuda pública. Esto es lo que ha pasado con los programas de rescate a través del FROB, que ya ha comprometido unos 70.000 millones de euros en avales y otros 50.000 en ayudas y préstamos.

Además, los bancos utilizan el dinero que les presta el BCE para comprar deuda pública, con un margen que utilizan en su beneficio, y para que los tenedores de bonos bancarios puedan cobrar y guardar su dinero en Alemania, mientras familias y pequeñas empresas no consiguen credito ni rebajar sus deudas. El último episodio de esta estrategia es el rescate al sistema financiero, nada menos que 100.000 millones para que los bancos y cajas puedan absorber las pérdidas derivadas de los excesos del pasado, excesos alimentados con 700.000 millones de euros que pidieron prestados a banqueros y otros inversores institucionales europeos en los años del boom. Esas han sido inversiones muy rentables y para garantizar su amortización el gobierno cubre el riesgo con deuda pública.

En España tenemos,pues, una deuda privada que se está socializando. Hay que prohibir que el rescate de bancos se convierta en un rescate a los inversores corresponsables de nuestra situación y en una ayuda a beneficio de inventario sin coste para accionistas y ejecutivos de las instituciones que reciban el dinero. Las Plataformas por la Auditoria Ciudadana de la Deuda que se están constituyendo en toda Europa pretenden que se audite la deuda para no pagar aquella que se haya contraído en condiciones ilegítimas o sea insostenible.

No estamos, todavía, en un escenario de suspensión de pagos como Grecia, Irlanda o Portugal, pero ese momento se acerca y necesitamos abrir los libros para cuantificar lo que debemos reclamar a la Troika y a nuestros acreedores nacionales o internacionales. Es inmoral y suicida pretender que paguen justos por pecadores.

viernes, 22 de junio de 2012

La deuda no es un concepto económico, sino un paradigma de gobierno



Romper la deuda

Pablo Bustinduy. Madrilonia


"Cada año, un nuevo déficit. Cada cuatro o cinco años, un nuevo préstamo. Y cada nuevo préstamo brindaba a la aristocracia financiera una nueva ocasión de estafar a un Estado mantenido artificialmente al borde de la bancarrota; éste no tenía más remedio que contratar con los banqueros en las condiciones más desfavorables."
(Karl Marx, La lucha de clases en Francia, 1848-1850)

Hace unas semanas, el FMI lanzó un mensaje apocalíptico sobre la insostenibilidad de nuestro
sistema de pensiones."Vivir más es bueno, pero conlleva un riesgo financiero importante": así
explicó su director de Asuntos Monetarios y Mercados de Capitales que el aumento de la esperanza de vida en los países ricos supondrá una carga insostenible para los actuales modelos de cotización. Poco importa que el presupuesto mismo de la frase sea mentira, y que en los Ländern del Este de Alemania, donde se aplicaron precisamente las soluciones sugeridas por el FMI (recortes de prestaciones, retraso de la edad de jubilación, flexibilización del derecho laboral), la esperanza de vida de los ciudadanos con rentas más bajas haya caído en la última década de 77,9 a 74,1 años.
La obscenidad ideológica de la frase está en su misma superficie, en la naturalidad con que confunde dos movimientos que parecerían en principio antagónicos y opuestos entre sí. Por un
lado, la frase coloca la vida frente a las finanzas (ese "pero" sintomático y adversativo: vivir está bien, siempre y cuando no interfiera con la lógica de los mercados), como dos factores de una relación inversa. Por el otro, dice con una rotundidad casi inconsciente que la vida es de por sí un objeto financiero, y no cualquier objeto, sino la forma predilecta de la gramática especuladora: un riesgo. Juntos, esos dos movimientos describen un hecho fundamental de nuestro presente: allá donde la vida deja de ser productiva se convierte en una amenaza potencial. Cuando la fuerza social no se deja integrar o subsumir en la lógica financiera, la vida misma se convierte en una interferencia que debe ser neutralizada.
El gobierno sigue camuflando ese proceso bajo la lógica del sacrificio, y dice excluir a los inmigrantes sin permiso de residencia del derecho a la salud (al igual que destruye el derecho
laboral, la universidad, la investigación o la dependencia) para ganar la confianza de los mercados.
Los mercados, cada vez que alguien les pilla con el micro abierto, explican con total sinceridad qué piensan de ese sacrificio: mientras Goldman Sachs explicaba que vivimos el "mejor momento en una generación", la gestora de fondos Carmel Asset Management afirmaba con todas las letras, en un informe sobre el estado de la economía española, que "si la crisis estalla en España en 2012, tal como esperamos, podemos generar un retorno del 300%". La realidad es que la quiebra del Estado es un negocio para el casino financiero de los derivados, donde se apuestan gigantescas sumas de dinero contra la supervivencia misma de un país que, desde el pinchazo inmobiliario, ha dejado de ser rentable. Moraleja: la sangre de los sacrificios es real, pero la ficción ideológica que los sostiene, toda esa retórica barata de la austeridad, la emergencia nacional y la confianza de los mercados, es una construcción grotesca, incapaz de soportar su propio peso.
Por eso intentar mezclar los dos relatos, el financiero y el del futuro político y social del país, es
negarse a comprender la esencia misma del problema. Ya no hay "salida" a la crisis: lo que hay es una incompatibilidad de fondo entre dos lógicas enfrentadas por su propia supervivencia. Mientras no se asuman los términos reales del conflicto, mientras no se reconozca que esa incompatibilidad no es pasajera ni circunstancial, sino el corazón mismo y el hecho decisivo de nuestro presente, no haremos otra cosa que recorrer una y otra vez la misma espiral enfermiza de la deuda hasta que no quede nada que sacrificar.
La clave, en realidad, es entender que la deuda no es un concepto económico, sino un paradigma de gobierno. La deuda es la lógica que dirige el sacrificio: desmantelar lo que queda de los sistemas fordistas de protección social a cambio de absolutamente nada. La deuda es el horizonte de ese conflicto entre el capital financiero y la vida social que no se puede suturar, y que por tanto no propone solución ni proyecto de sociedad alguno, salvo el reforzamiento sin límite de los mecanismos de coerción y la represión de todo aquel que se ponga enfrente. Es la deriva autoritaria que transforma a jubilados y niñas de instituto en el "enemigo", produce muertos por balas de goma, incentiva la delación del vecino y permite que la policía no solo reprima los cuerpos, sino que genere su propio discurso y se imponga a sí misma sus propios objetivos.
Frente a la regresión infinita de los recortes, frente a esa distopía de violencia y miseria, surge la idea de una rebelión masiva. En una entrevista publicada en Madrilonia, el antropólogo David Graeber explica que la primera palabra conocida para significar la "libertad" es amargi, que en sumerio quiere decir "libre de deudas". La deuda es una gramática política que debe ser enfrentada en su raíz, reducida a añicos, rota en mil pedazos. La batalla no es por la deuda: es por lo que pasará cuando rompamos su hechizo y pongamos a cero el contador social.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative
Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

miércoles, 20 de junio de 2012

Presentación de la PLATAFORMA POR LA AUDITORÍA CIUDADANA DE LA DEUDA-PV grupo de Alicante


(El pasado 15 de junio tuvo lugar en la Plaça de la Muntanyeta la presentación de la Plataforma por ka Auditoria Ciudadana de la Deuda-PV grupo de Alicante. En el acto hablaron:  Andreu Tobarra del grupo de Valencia, que dibujó de forma magistral una panorámica de lo que se nos avecina. Jerome Duval del grupo de Valencia, que habló de el movimiento a escala internacional. Y Manuela López, que presentó al grupo y Alacant y explicó su proceso de formación y sus objetivos de trabajo. A continuación reproducimos el texto de la intervención de Manuela y en cuanto esté editado colgaremos el enlace para poder ver el video de todo el acto. Un saludo)

Karina Rocha moderadora del acto presenta a Andreu Tobarra
Jerome Duval en un momento de su charla
Manuela Lopez explicando la formación del grupo d´Alacant

Buenas tardes a tod@s, tengo el gusto de presentaros la PLATAFORMA POR LA AUDITORÍA CIUDADANA DE LA DEUDA - PAIS VALENCIÁ grupo de Alicante.

Este colectivo inició su andadura como grupo de estudio de la Deuda desde el Movimiento Toma la Plaza de Alicante; a finales de Marzo asistimos a la reunión estatal de todos los colectivos por la Auditoría que ya venían trabajando en distintas ciudades y que en Octubre 2011 iniciaron oficialmente la Campaña por la Auditoría a nivel de todo el Estado. El trabajo realizado por est@s comapañer@s nos llenó de entusiasmo y sentimos la necesidad, desde Toma la Plaza, de sumarnos a este proyecto colectivo.

Para dar a conocer el trabajo de todos estos grupos, organizamos una charla en la que Jérôme Duval, miembro de la PACD(1) de Valencia y del CADTM(2) habló de la deuda como instrumento de dominación por parte del poder, y nos dio un taller práctico al día siguiente al que se asistieron personas interesadas por el tema.

Así fue creciendo nuestro grupo, integrado hoy por unas 12 personas; nuestra organización es horizontal y estamos vinculados con la red de Plataformas de todo el Estado Español si bien cada Plataforma local es autónoma en sus decisiones.

Pensamos que ha llegado el momento de constituirnos en una PLATAFORMA que integre a todas las personas, colectivos y organizaciones que sientan afinidad por nuestros planteamientos y objetivos, y quieran sumarse al proyecto.

Así que os voy a explicar cuales son esos objetivos. Pero antes, tendríamos que definir de qué deuda estamos hablando.
Queremos difundir la idea y propiciar la movilización por una auditoria ciudadana de la parte de la deuda pública que consideramos “ilegítima”. Este es un concepto más amplio y más reciente que el de deuda odiosa, ya reconocido por la ONU y con una base jurídica a la que se han acogido distintos países a lo largo de la historia. Para nosotros, el concepto de deuda ilegítima está íntimamente ligado a la idea de justicia y no tanto al de legalidad. Una deuda contraída según la ley puede ser ilegítima si existen argumentos racionales, apoyados por un amplio sector de la sociedad, que demuestran que es injusta e inaceptable.

Desgraciadamente en el Estado español y en el País Valenciá contamos con un amplio abanico de situaciones que ilustran este concepto de ilegitimidad; voy a citar unas cuantas sin pretender enumerarlas exhaustivamente:
  • Deuda del sector privado que se nos presenta como deuda pública, por ejemplo todos los fondos gastados para el rescate de los bancos;
  • Deuda del sector público generada por la construcción de equipamientos sociales sin ningún interés público, por ejemplo el aeropuerto de Castellón todavía sin estrenar, la Fórmula I en Valencia, la Ciudad de la luz en Alicante…
  • Deuda del sector público generada por la privatización de unos servicios que generan unos sobrecostes por ej. las contratas de municipales de basuras y jardines.

Estas políticas traen consigo, con la escusa del equilibrio de las cuentas públicas, la adopción de medidas de ajuste como:
  • Recortes en gastos sociales, en sanidad y educación
  • Recortes en pensiones y en sueldos de los funcionarios
  • Reforma laboral y precarización general del empleo
  • Ausencia de iniciativa pública para la creación de viviendas de alquiler moderado
  • Ausencia de una política pública que fomente el empleo
  • Recortes en investigación….

Todas estas medidas atentan contra la dignidad de la vida de los ciudadan@s y nos empobrecen cada día más, mientras nos explican que son la única vía para reducir nuestro déficit público tal como lo exige la Comunidad Europea.
Pues bien, esto son unos ejemplos de deudas ilegítimas que debemos negarnos a pagar.

Y, volviendo a nuestros objetivos, nos proponemos:

1º- Conseguir que las necesidades de la población se sitúen por encima de las exigencias de los mercados. Pues entendemos que tanto los gobiernos como las políticas que aplican encuentran su legitimación solo cuando sirven al pueblo, a los intereses de la mayoría y no cuando lo expolian como es el caso actual. En consecuencia pediremos la derogación de la reforma constitucional que coloca el pago de la deuda como prioridad absoluta ante cualquier otras necesidades de la población.

2º- Propiciar un cambio de modelo económico, social, político y humano que podemos conquistar denunciando masivamente los efectos perversos del sistema capitalista. Se puede citar muchos ejemplos:
  • La concentración del capital financiero y por lo tanto del poder en manos de unos pocos ha agravado las desigualdades y acrecentado la injusticia a la vez que ha vaciado de contenido político a nuestra mal llamada “democracia”. Ante la dictadura impuesta por los mercados, debemos recuperar la Soberanía del Pueblo y exigir una democracia real y participativa.
  • Otro de los efectos nefastos del capitalismo es la financiarización generalizada de la economía; que antepone la búsqueda de beneficio especulativo al bien común, y ha destruido nuestro tejido productivo dejando en la miseria y sin perspectivas de futuro a millones de trabajadores.
  • Otro efecto de gran transcendencia para nuestra supervivencia es la explotación irracional, hasta el agotamiento de los recursos naturales que está haciendo insostenible este modelo productivo.

En cuanto al modelo social, estamos convencidos de que la auditoría ciudadana de la deuda es una herramienta de concienciación y de movilización valiosa e indispensable en el camino hacia el cambio social radical, para efectuar un gran cambio postneoliberal, postproductivista y anticapitalista.

Para ello es imprescindible:
  • Informar y sensibilizar a una base social cada vez más amplia que identifique el origen real de las restricciones a las que se le está sometiendo y se movilice por la apertura de los pliegos secretos de los contratos y la apertura de los libros de cuentas.
  • Vincular las luchas contra los recortes y otras luchas sectoriales con la denuncia de la deuda ilegítima;
  • Desmontar el discurso político imperante lleno de falacias como por ejemplo hacer creer que si se hunde la banca, nos hundimos todos, ¡eso es mentira!;
  • Construir una red a nivel del País Valenciá, del Estado y de Europa para el rechazo del pago de la deuda ilegítima.

3º- Actualmente, tenemos ya indicios suficientes del uso ilegítimo del dinero público, (por ejemplo el rescate por parte del gobierno de 7 entidades financieras: Caja de Castilla la Mancha, la CAM, Unnim, Novacaixa Galicia, Catalunya Caixa, Banco de Valencia, y ahora Bankia), que nos permitan:
  • Pedir ya la moratoria inmediata del pago de la deuda pública y de sus intereses;
  • Exigir transparencia en las cuentas públicas y que se realice una auditoría bajo control ciudadano que determine qué parte de la deuda es ilegítima y por lo tanto negarnos a que se pague y se restituya al erario público la parte ya pagada.
  • Reclamar responsabilidades a los ejecutivos de los bancos, a los políticos y a los miembros de los organismos reguladores (Banco de España y Comisión Nacional del Mercado de Valores) así como a las empresas auditoras.

4º- También queremos solidarizarnos y vincularnos con todos los países que están rechazando como nosotros la deuda ilegítima; el capitalismo está globalizado por lo tanto requiere una lucha a nivel internacional. Y desde esa solidaridad debemos exigir la condonación de la deuda de los países del Sur y la restitución de lo expoliado por países como España.

Este, compañer@s, es un proyecto ambicioso y de largo recorrido porque está en juego ¡un futuro digno para nuestra sociedad! La emergencia en la que nos han colocado tanto el gobierno anterior como éste, requiere una respuesta ciudadana firme y contundente por ello hacemos un llamamiento a toda la ciudadanía, a los colectivos y organizaciones locales para que se sumen a esta estimulante tarea. 
Gracias. 
Manuela López


(1) PACD: Plataforma Auditoría Ciudadana de la Deuda
(2) CADTM: Comité por la Anulación de la Deuda del Tercer Mundo




jueves, 14 de junio de 2012

¿Las deudas siempre deben pagarse?


Alguien dirá que las deudas siempre deben pagarse. De hecho, al pago de una deuda también se lo denomina “honrar” una deuda, ya que parece que se trata de algo más que de un mero retorno: se trata, ante todo, de cumplir con una palabra dada. No obstante, en realidad, la exigencia del pago de una deuda –sobre todo cuando se trata de una deuda soberana– debería depender de cómo se originó, de quién la contrajo, bajo qué condiciones y para qué beneficios. En caso contrario, sería injusto reclamar al pueblo que se hiciera cargo de deudas que en ningún caso contrajo y/o que no le aportaron beneficio alguno. Injusto y tal vez ilegítimo.
En el caso de la deuda pública española parece, como en tantos otros tantos casos (léase Grecia, por no citar a cualquiera de los países empobrecidos) que nos encontramos con deudas públicas que podrían considerarse ilegítimas (por cuanto todavía no se las puede considerar ilegales). Ilegítimo es un término que conlleva connotaciones morales o éticas, pero que a veces pueden tener más fuerza que el mismo peso de la ley. Ilegítimo es recortar los presupuestos de educación y sanidad en 10.000 millones de euros y pocos días más tarde salir al rescate de Bankia estando dispuesto a condonarle deudas por valor de casi 4.500 millones de euros y apoyarle con más de 19.000 millones. Ilegítimo es estar dispuesto a nacionalizar deudas que fueron contraídas por promotores, constructores y banqueros, que se beneficiaron con la especulación inmobiliaria, y no honrar el pago de servicios sociales básicos. Ilegítimo es avalar el pago de deudas que fueron contraídas por aquellos que nos llevaron a esta situación de bancarrota por el simple hecho de que las contrajeron con la banca alemana, francesa o norteamericana (avales que en el caso de Bankia se estiman en casi 30.000 millones) y no garantizar derechos sociales básicos que creíamos garantizados de por vida. Ilegítimo es permitir que el señor Blesa y el señor Rato hagan negocios con el ladrillo con sus colegas de partido (léase Esperanza Aguirre, Juan JoséOlivas o Francisco Camps), de forma totalmente irresponsable, y que ahora, cuando el castillo de naipes se está desmoronando, no se les exija responsabilidad alguna –ni a unos ni a otros– por este desaguisado. Ilegítimo es que el Gobierno esté mezclado y viciado con aquéllos que tienen intereses económicos y que parezca que ahora tan sólo le preocupe encontrar la manera de cómo ayudarles a pagar los platos rotos de su fiesta con nuestro dinero.
Por todo ello, parte de la sociedad española está reclamando la suspensión unilateral de pagos, acompañada de una auditoria de la deuda que permita conocer su origen, repudiar toda la deuda ilegítima y encausar a los responsables, tanto nacionales como extranjeros, que han llevado al país a la bancarrota. Esta parte de la sociedad civil, organizada bajo la Plataforma Auditoria Ciudadana de la Deuda ¡No debemos, no pagamos!, es consciente de la necesidad de construir un camino ciudadano por el que sea posible un cambio en la correlación de fuerzas para poder auditar la deuda.
Así, al igual que se ha hecho en otros países que llevan años sintiendo el golpe de la deuda, como es el caso de Ecuador, se hace necesaria una auditoría que explique cómo y por qué la deuda pública se ha más que doblado en tan sólo cinco años, pasando del 36% del PIB de 2007 al 80%estimado para finales de 2012. Una auditoría que pueda decidir soberanamente qué es legítimo pagar y qué no, para conocer cuánto del aumento de la deuda pública ha servido para salvar al sistema financiero español y ayudar a sus ejecutivos a evadir sus responsabilidades. Una auditoría de la deuda que pueda dirimir si es justo y legítimo que en el año 2012 el Estado tenga que pagar más de 28.848 millones de euros en intereses que provienen de deudas de las que desconocemos su origen. Una auditoría de la deuda que nos permita exigir responsabilidades políticas y judiciales a aquellos que se han enriquecido ilegalmente con dinero público. Una auditoría ciudadana como medida de presión y de contención para evitar que el Gobierno transfiera toda la deuda privada bancaria a deuda pública (tal y como ya sucedió en Argentina en 2001, en Islandia en 2008, en Irlanda en 2010 y en Portugal en 2011). Una auditoría social para controlar el agujero de la deuda privada española. Una auditoría de la deuda como excusa, y como una pieza más en el camino, que ayude a concienciar y politizar a la ciudadanía, con el objetivo de que hagamos nuestro el futuro y no volvamos a dejar en manos de banqueros y políticos profesionales corruptos nuestro destino y el de las generaciones que están por vivir en nuestro país. Tal y como están las cosas, ésta parece la única salida que permitirá al pueblo recuperar el poder de su soberanía económica, social y política; es decir, la única salida realmente “honrosa”.


DANIEL GÓMEZ-OLIVÉ I CASAS,
INVESTIGADOR / OBSERVATORIO DE LA DEUDA EN LA GLOBALIZACIÓN


martes, 12 de junio de 2012

De la austeridad a la rebelión contra la deuda


Intervención de Jerome Duval en la presentación de la Plataforma por la Auditoria Ciudadana de la Deuda-País Valencià junto con Yorgos Mitralias del Comité contra la deuda, CADTM Grecia. 
Valencia,  8 de junio de 2012



Compañeras, compañeros,
Si la deuda no nos beneficia, ¡ni debemos, ni pagamos!

Grecia constituye un laboratorio de las políticas mortíferas del capitalismo austero, un laboratorio como lo fue en su tiempo la dictadura chilena de los Chicago Boys con los resultados que conocemos, un laboratorio cuyas políticas se están planteando exportar al resto de Europa con el fin de aplicar un neocolonialismo devastador donde no existe más soberanía ni democracia, todo en nombre de la deuda.

Los Chicago Boys que no pudieron finalizar el trabajo, aun con Reagan y Thatcher, quieren acabar con el estado de bienestar, cerrar el tema para un crecimiento capitalista destructor pero con intereses y reembolsos en alza para los acreedores. Ese sistema destinado a oprimir a los pueblos se basa principalmente en la aplicación de planes de austeridad o ajuste estructural. Con la complicidad activa de los gobiernos, de la Comisión Europea, del Banco Central Europeo y del Fondo monetario internacional (FMI), las instituciones financieras que originaron la crisis especulan con las deudas de los estados y exigen el reembolso al precio de una austeridad salvaje. Se ha lanzado una ofensiva brutal contra una serie de derechos económicos y sociales de la mayoría de la población y más grave aún, contra la democracia en sí misma, empezando por Grecia donde nació.

Pero por otro lado, Grecia constituye también un laboratorio de repuestas sociales en contra de este pensamiento neoliberal que nos dicen único, sin alternativas. ¿No habría otras soluciones además de más recortes para pagar esa deuda insostenible? Manifestaciones y resistencias, movimiento Yo no pago y ocupaciones de plazas, se desarrollan exigiendo el no pago, allí como aquí.

Mientras vuelve a la recesión, España constituye también un laboratorio social con nuevas formas de movilizaciones como nos lo enseña el movimiento 15M. El nuevo gobierno, heredero del franquismo y ligado al Opus Dei, ha elegido la represión frente a esta fabulosa respuesta social. Ahora necesitamos que las caceroladas frente a Bankia se oigan no solamente en Madrid o Barcelona, que se oigan por todo el estado y más allá, superando tanto las fronteras regionales como las nacionales. ¡Que se oigan las caceroladas de Montreal en Canadá, donde los estudiantes luchan contra la subida de tasas universitarias, como aquí! ¡Luchemos juntos por una educación gratuita y de calidad, allí como aquí!

Hoy, tenemos el placer de inaugurar la Plataforma por la Auditoria Ciudadana de la Deuda-País Valenciano con la presencia de Yorgos Mitralias, de Grecia. Es un fuerte símbolo político que nos enseña el carácter internacionalista de la lucha contra la deuda. De hecho, la Plataforma del País Valenciano nació y se desarrolla en el marco de una iniciativa estatal y más allá, euro-mediterránea.

El pasado 7 de abril en Bruselas, la Plataforma del Estado Español, participó en el primer encuentro y nacimiento de la red de auditorías ciudadanas de diferentes países: la Red Internacional Auditoría Ciudadana (International Citizens Audit NetworkICAN), bajo el lema “¡No Debemos! ¡No Pagamos!”. Fueron representados 10 países de Europa (Alemania, Reino Unido, Irlanda, Bélgica, Francia, Italia, Polonia, Grecia, Portugal y España) y 2 países de África del norte (Egipto y Túnez). En estos países se desarrollan o están a punto de comenzar, auditorías ciudadanas de la deuda.

En su primer llamamiento, la red ICAN apoya las movilizaciones que se desarrollarán en los próximos días, pues estamos a una semana de las elecciones en Grecia… Llama también a una movilización de masas para el próximo otoño por un día de acción en solidaridad con el pueblo griego, contra la austeridad y la deuda, probablemente durante la Semana de Acción Global contra la Deuda y las Instituciones financieras internacionales (IFIs), que se celebra anualmente en octubre: este año coincidirá con el 25 aniversario de la muerte de Thomas Sankara, presidente de Burkina Faso, quien apeló a la creación de un frente unido contra la deuda pública. Fue asesinado poco después, el 15 de octubre de 1987, sin duda por su lucha contra el neo-colonialismo causado por la deuda pública.

Sankara decía: « Los que quieren explotar África son los mismos que explotan Europa ». Veinticinco años más tarde, mientras el sistema de la deuda sigue provocando la usurpación de la soberanía popular y el empobrecimiento de la gran mayoría de la población en el sur, los pueblos del norte también son víctimas de una crisis de la deuda sin precedentes. Las fracturas se multiplican, Norte / Sur, Centro / Periferia…pero la línea real de demarcación se hace entre los que aprovechan del sistema de la deuda y los que lo padecen, entre una oligarquía capitalista que se desplaza de cumbres en cumbres y los pueblos que se hunden en la precariedad.

¿Anular la deuda? Es una cuestión de justicia social, y también económica. Entre 2008 y 2010, (sin considerar los importantes desembolsos a cajas de ahorro realizados en 2011 y lo que se prepara para el “saneamiento” de Bankia) el estado español ha inyectado más de 10.000 millones de euros para recapitalizar el sector bancario. A eso hay que sumar miles de millones adicionales en avales y garantías. También hay que añadir desde 2009, los recursos públicos transferidos a los bancos por el Banco Central Europeo (BCE) a un tipo de interés del 1 %, muy por debajo del tipo de mercado.

Esto, según el artículo 104 del Tratado de Maastricht, y posteriormente el 123 del Tratado de Lisboa, se prohíbe a los Estados, lo que les obliga a pedir dinero en los mercados financieros.

Los bancos privados, con todo este dinero público procedente de rescates y del BCE compran títulos de deuda de los estados, negocio muy rentable, sabiendo que el estado tuvo que incrementar sus emisiones de títulos de deuda, es decir endeudarse, para rescatar a los bancos. Y con el deterioro de las cuentas, los intereses suben… ¡para los bancos, para los acreedores! Se trata del mayor robo de la historia contemporánea, con los ladrones en el poder. Por eso tenemos que pedir cuentas ya. Y por eso participamos en la iniciativa 15MpaRato para llevar a cabo una querella contra Rodrigo Rato, experto en mala gestión, que suele demitir de su cargo antes de crisis como lo hizo en el FMI en el 2007.

La movilización popular es la clave de la solución

Vemos como fracasan los supuestos rescates… Las medicinas de los acreedores de Grecia, la famosa Troika, no curan. El primer “rescate” a los bancos de mayo de 2010 no ayudó al pueblo griego ni a su economía y tuvieron que enviar un segundo plan de endeudamiento de 130.000 millones de euros. Resultado: Grecia atraviesa su quinto año de recesión. Por todos lados las políticas de austeridad fracasan, se disparan las deudas publicas y se hunden las economías. Italia suma ya tres trimestres de recesión, España vuelve otra vez a la recesión y ayer, la agencia de calificación Fitch rebajaró el rating crediticio de España, aumentando la rentabilidad de la deuda…para los acreedores.
Fuera de la zona euro, el Reino Unido, Rumania y la República Checa, también se encuentran en recesión desde el primer trimestre del año 2012.

¿Quién teme la idea de Thomas Sankara de fomentar un frente de países endeudados y unidos contra el pago de la deuda? ¿De dónde viene la deuda? ¿A quién beneficia? ¿Quiénes son los verdaderos acreedores? ¿Por qué no existe ningún registro de los propietarios de títulos de deuda accesible al público? ¿Es legítimo priorizar el pago de la deuda ante cualquier servicio público como la sanidad o la educación? ¿Por qué el beneficio de las empresas del Ibex 35 en 2010 represento cerca del doble de los recortes del gobierno Zapatero para 2010-2011? ¿Perjudica los ingresos del Estado si la filial Exxon Mobil Spain no paga ningún impuesto como es el caso? ¿Tendría que endeudarse el estado como consecuencia? ¿Es normal ver a los acreedores recibir más que lo que van a recortar a la población? ¿Os parece legitimo ver el dinero huir, como siempre, prioritariamente a los acreedores financieros, quienes según los presupuestos generales de 2012, percibirán en España 28,8 mil millones de euros en intereses de la deuda, es decir, más de los 27,3 mil millones de recortes presupuestarios anunciados? Y eso sin tener en cuenta el mortífero recorte de 10 mil millones en educación y sanidad.

Estas son algunas de las preguntas que la Plataforma auditoria ciudadana ya empieza a contestar. Su primera tarea es movilizar, porque sin movilización no habrá victorias.

La auditoria ciudadana de la deuda pública con el objetivo de anular su parte ilegítima no es un fin en sí mismo, debe ser un primer paso hacia un cambio radical de sociedad. Detener los planes de austeridad injustos y que ahondan la crisis, instaurar una verdadera justicia fiscal europea y una justa redistribución de la riqueza, prohibir las transacciones con los paraísos judiciales y fiscales, luchar contra el fraude fiscal, transferir los bancos al sector público bajo control ciudadano, reducir radicalmente el tiempo de trabajo para crear empleos y al mismo tiempo aumentar los salarios y las pensiones, son algunas propuestas urgentes para construir otra Europa.

Pero, de inmediato, propongo la adopción de nuestra regla de oro, la que ponga por encima del reembolso de la deuda, el gasto público que permite garantizar los derechos humanos fundamentales irreducibles.

Frente a sus AAA, Austeridad, Austeridad, Austeridad, avanzamos nuestro AAA: Auditoria, Anulación, Alternativa política.
Si la deuda no nos beneficia, ¡ni debemos, ni pagamos!

Gracias.

lunes, 11 de junio de 2012

Algunas consideraciones sobre el rescate y su justificación


Tras varios meses de vacilaciones el gobierno español ha acordado finalmente con la UE y el FMI el rescate bancario que la gran mayoría de los ciudadanos augurábamos, convirtiéndonos en el cuarto país en aceptar el chantaje de la troika europea, tras Grecia, Portugal e Irlanda. Y en la gestión de este rescate y su justificación hay algunos elementos que son de especial relevancia:

Por encima de todo, el rescate bancario implica una sustancial pérdida de soberanía del país a favor de la banca privada autóctona y extranjera y de unas instituciones (UE-FMI) que actúan como garantes de los intereses de aquella. Si la ilegítima deuda contraída por el Estado, a través de la conversión en pública de la deuda privada, ya se elevaba a 4 veces el PIB español, el rescate viene ahora a sumar una cifra astronómica (100.000 millones de) a aquel monto, de manera que toda la actividad económica del país habrá de supeditarse durante décadas al pago de una deuda externa que entra en contradicción con el bienestar de la población local. Es decir, al igual que ha ocurrido en Grecia, o desde mucho antes en el Magreb y América Latina, el rescate no es ni más ni menos que un salto más hacia la transformación de España en un país económicamente degradado y dependiente del exterior, con garantía de continuidad para los privilegios de las elites financieras y económicas locales, tradicionalmente muy poco preocupadas por defender la integridad y prosperidad del país cuya dirección y control se arrogan.

Pero la llegada del rescate pone también de relieve cómo el pago de la deuda es el nudo gordiano que mantiene atada toda la batería de medidas regresivas en materia de empleo, servicios públicos, tejido productivo y bienestar social, que está poniendo en marcha el gobierno de Rajoy bajo la dirección de la banca europea e internacional. Y si el pago de la deuda es el meollo del proceso de degradación de las condiciones de vida de la población, la auditoria ciudadana, transparente y participada de esa deuda es el elemento central sobre el que debe pivotar cualquier proceso de emancipación en las coordenadas políticas actuales.

Por último, de la comparecencia de Rajoy ante los medios, quizá lo más interesante de entre lo poco y vano que ha dicho, ha sido la consigna de la necesidad de conseguir el rescate a pesar de su impopularidad, apelando a un abstracto sentido de la responsabilidad que no rinde cuentas ante los gobernados. En realidad se trata del añejo y manido discurso del cirujano de hierro que ha de tomar con firmeza decisiones difíciles e impopulares, puesto que son necesarias aunque los gobernados no lo sepan. Esta estructura falaz de pensamiento se ha convertido en un auténtico cáncer intelectual en la vida política española, y lamentablemente no es patrimonio exclusivo de la derecha. Quienes argumentan de esa manera olvidan que la política es algo más que el estudio de los medios más adecuados para conseguir una serie de fines. Asumir esa preconcepción empresarial de la política supone una degeneración intelectual del mismo calibre que confundir el estudio de la Física con el de la ingeniería naval. La política, sobre todo en democracia, no es sino una actividad vital del ciudadano (el zoon politikón), en la que no existe un criterio de verdad objetivo sobre lo bueno y lo necesario, sino en la que los criterios de verdad los decide el conjunto de la ciudadanía, sobre la base de la dimensión ética última que subyace a lo político. Escindir la ética de la política es la negación de la democracia y la piedra angular sobre la que descansa el pensamiento autoritario y clasista. El problema para algunos es que, sin esa escisión intelectual, sus prácticas y planteamientos son de difícil aceptación, no cuelan. Pero el problema mayor es que, en un momento histórico en el que el clamor popular por la transparencia, la democracia y la participación dan cuerpo al movimiento social de mayor envergadura desde la Transición, dichas prácticas y planteamientos siembran en un terreno muy árido y poco fértil. Ya es demasiado tarde para la Realpolitik.

Antonio Márquez de Alcalá